La lectura debe de ser una tarea de todos los días, no como un deber obligatorio o impuesto sino como un hábito necesario para ampliar nuestros horizontes, ser críticos, crear juicios que tengan bases sólidas y, por lo tanto, ser personas difíciles de manipular.
Hoy en día para muchos adolescentes es terrible la idea de leer por cumplir con la tarea como un acto que se debe llevar a cabo: “hacer tarea es aburrido, por lo tanto, la lectura es aburrida”, “es la tortura del maestro hacia el alumno”, “es un castigo”, “leer no está a la moda”. Es realmente sorprendente encontrar actualmente a jóvenes que tengan gusto por la lectura y no estén dominados por el prejuicio de que la lectura es una tortura, porque es tedioso o no va más allá de un programa de estudios, pues, siendo realistas, en México es en la escuela donde se realizan más lecturas y pocos son los que toman la iniciativa de leer por cuenta propia.
En este sentido, la primera solución ante este problema de no lectores es dejar de lado una serie de ideas erróneas que son generadas por criticar lo que se desconoce, darse la oportunidad de cambiar paradigmas y cambiar hábitos que satanizamos.
Por mencionar solo algunos de los beneficios que aporta la lectura surge una larga lista como: mejora la función cerebral, ayuda a prevenir enfermedades como Alzheimer, evita la ansiedad, incrementa el vocabulario, mejora la concentración, ayuda a reducir el estrés, ayuda a dormir mejor, abre un maravilloso universo a la imaginación, te hace más creativo, te hace más empático y sensible, te hace crítico, te hace intelectual, te da temas de conversación; puedes socializar, debatir y opinar.
Las personas que leen son más cultas y eso te hace una persona interesante, más atractiva, te ayuda a escribir mejor, puedes aprender idiomas fácilmente, te hace resolver problemas de manera más rápida, te da un pensamiento colateral, intuitivo y lógico; en esta larga lista no veo ninguna razón por la que no se deba leer ¿Cuál es la verdadera razón por la que no se lee? Tal pareciera que vivimos en una época de oscurantismo, un oscurantismo psicológico en donde la prohibición de lecturas ya no se rige por una Santa Inquisición sino por nuestros propios miedos y prejuicios.
La cercanía con cualquier obra literaria no es mala, no obstante, hay que conocer el canon, obras que realmente han impactado el maravilloso universo de la literatura; toda lectura vale la pena, pero es importante reconocer que no cualquier lectura va a marcar tu vida de manera definitiva, así que, si en algún momento te has decepcionado porque un libro no te agradó tanto, es momento de que le des la oportunidad a uno nuevo título.
Habitamos en un mundo en donde gracias a la tecnología y a la interconexión existe un sin fin de información, pero tal pareciera que en lugar de abrimos una nueva oportunidad y una ventaja, caemos en una especie de conformismo en donde no importa la calidad de información sino la facilidad con la que la obtengo, información muchas veces errónea, incompleta o misma información que no leo porque solo copio y pego para cumplir con una tarea.
La razón por la que muchas veces evadimos un texto no es porque sea difícil de entender o tedioso, pensamos todo eso de la lectura sin darnos cuenta que podemos ser parte de un gran problema: lectores analfabetos, los cuales leen sin reconocer que tienen un problema y buscan excusas, no pueden entender porque no se concentran, porque se bloquean o porque cambian palabras del texto por no leer de una manera adecuada.
No seas parte del problema, el mundo ya no necesita lectores analfabetos, valora tu tiempo e invierte 20 minutos al día para leer, recuerda que una mente ocupada forma una personalidad innovadora y creativa.
Por: Profesora Dulce Ofelia de Jesús Jiménez