Las matemáticas en la preparatoria

El estigma de las matemáticas

Tal vez ames las matemáticas, pero es más probable que no lo hagas, y es que esta materia está rodeada de estigmas que la hacen, si no la más odiada sí la menos deseada para muchos estudiantes. Durante la práctica docente que he realizado por cerca de 10 años (mas mis propios años de estudiante) he notado que muchas veces este problema empieza desde casa, por alguna razón los padres han hecho de las matemáticas el pilar de cualquier modelo educativo, es decir parece ser que si su hijo no va bien en matemáticas algo está muy mal, desde el chico, el profesor, la escuela o todo. Pero cabe la probabilidad que el estudiante tenga otras habilidades e inteligencias múltiples que no necesariamente es la lógica matemática, siendo así como grandes genios (artistas, botánicos, emprendedores etc.) pueden sucumbir por la sencilla razón de no ser “buenos” en matemáticas. 

“Profe… y esto ¿Para que me va a servir?” es lo que mucho alumnos preguntan.

Al inicio de mis años como docente del área Fisicomatemática, verdaderamente la pregunta que más me hacen los alumnos referentes a algún tema de cierto grado de complejidad es: Profe… y esto ¿Para qué me va a servir?, debo reconocer que al principio me molestaba esta pregunta pero después de algún tiempo me vino la curiosidad de por qué la hacen con tanta frecuencia, me di a la tarea de ser más observador de mis alumnos y “descubrí” que algo particular que tiene esta nueva generación de los millennials es la inmediatez; ellos no son pacientes, todo lo quieren ¡ya! y las matemáticas no fueron la excepción, un tema que se les enseña si no lo utilizan en la brevedad no les interesa.

Así una de tantas respuestas que le di a un estudiante que me preguntó ¿para qué sirven las matemáticas? Fue lo siguiente: es cierto que muchas de las metodologías que vemos en matemáticas de preparatoria no las aplicas de forma directa en la vida cotidiana; es decir, en la cotidianidad solo sumas, restas, multiplicas, divides, y tal vez uses la regla de tres, pero no vas a las compras y usas el álgebra para pedir un kilo de tortillas, o usas la geometría analítica para pintar las paredes de tu cuarto, dudo que uses una derivada o integral para algo sencillo, el chico me dio la razón y se sentía ganador, pero le pregunté, tú ¿vas al gimnasio? a lo que él respondió afirmativamente; siendo así te puedo asegurar que no caminas en la calle haciendo desplantes de piernas o abres las puertas de tal manera que fortaleces un bisep o respiras todo el tiempo en tiempos de cuatro para oxigenar tu cuerpo al límite; en pocas palabras, nada de lo que haces en el gimnasio lo haces igual en tu vida cotidiana.

Mi alumno lo meditó y me comentó: pero lo hago para estar en forma, sano, mantener activos mis músculos y nunca sé cuándo tendré la necesidad de ser fuerte o veloz. A lo que le concluí: las matemáticas son el gimnasio de tu cerebro, y sus metodologías son el equivalente a los aparatos y rutinas, tienes que mantener sano tu cerebro, nunca sabes cuándo tendrás la necesidad de que tu cerebro tenga que ser fuerte y veloz.

Las matemáticas son tan importantes porque estimulan nuestro pensamiento lógico y a su vez le dan velocidad de respuesta a nuestro cerebro frente a cualquier problema de la vida cotidiana, a pesar de que el lenguaje matemático no es explícito pero sí implícito.

Por: Profesor Cesar Pérez Castillo

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